martes, 2 de noviembre de 2010

Los abuelos.

Ahora, me encuentro tomando un café en “Café and Te”, en la calle Arenal, muy cerca de Opera, en Madrid.

He comido hoy un cocido en el Zagal  y he terminado con un dulce y agradable “chupito” de hierbas ibizencas.

Observo la calle, a través de la puerta del Café, viendo pasar personas de todo tipo y condición.

Estoy totalmente ensimismado, perdido en este ejercicio, absorto de contemplación.

De pronto creo ver a mis abuelos, juntitos. Avanzan sorprendidos y un poco acongojados, antes esta Ciudad de principios del Siglo XXI, que apenas ellos reconocen.

Todo les parece extraño. Aunque reconocen algunos edificios y saben que es el Madrid que dejaron hace ya muchos años, cuando en esta ciudad, un día, fallecieron.

Sin embargo, tantas cosas han cambiado desde entonces…

Y ahora, que “les han dejado salir un ratito......”

Pasean cerca de su nieto, intuyéndole, pero no le reconocen.

Yo si puedo, porque les conocí siendo pequeño, y les he visto muchas veces en retratos.

Les miro como cruzan la calle, encorvaditos, cogiditos de la mano……



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Anvik HerrRed (c) Madrid, 04.03.2009

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