Ahora, me encuentro tomando un café en “Café and Te”, en la calle Arenal, muy cerca de Opera, en Madrid.
He comido hoy un cocido en el Zagal y he terminado con un dulce y agradable “chupito” de hierbas ibizencas.
Observo la calle, a través de la puerta del Café, viendo pasar personas de todo tipo y condición.
Estoy totalmente ensimismado, perdido en este ejercicio, absorto de contemplación.
De pronto creo ver a mis abuelos, juntitos. Avanzan sorprendidos y un poco acongojados, antes esta Ciudad de principios del Siglo XXI, que apenas ellos reconocen.
Todo les parece extraño. Aunque reconocen algunos edificios y saben que es el Madrid que dejaron hace ya muchos años, cuando en esta ciudad, un día, fallecieron.
Sin embargo, tantas cosas han cambiado desde entonces…
Y ahora, que “les han dejado salir un ratito......”
Pasean cerca de su nieto, intuyéndole, pero no le reconocen.
Yo si puedo, porque les conocí siendo pequeño, y les he visto muchas veces en retratos.
Les miro como cruzan la calle, encorvaditos, cogiditos de la mano……
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Anvik HerrRed (c) Madrid, 04.03.2009
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