La lluvia cae suavemente sobre el asfalto. Caminamos sonámbulos todavía. Recién despiertos bajo un cielo encapotado. Mañana fría, desapacible, pero pronto nos difuminamos entre las calles, buscando ansiosos el café caliente que nos entone, que nos cobije en algún lugar a cubierto.
Leemos el periódico del día, abstraídos entre la letra impresa, buscando la noticia curiosa o aquella que nos alimente más de lo que ya conocíamos. Luego, ya con mejor cuerpo salimos otra vez a las calles. Caminamos bajo el manto suave de una lluvia fina. Hablamos un poco con el inmigrante mantero que no puede hoy poner sus productos a vender.
Observamos las hojas amarillas, ya totalmente otoñales de los arboles, testigos mudos de nuestro paseo. Alcanzamos la entrada a la casa, irrumpimos en el hogar para relajarnos un momento, antes de nuestro próximo despertar.
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Anvik Herr Red (c) Madrid, 14 de noviembre de 2010
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