Gigantescos elefantes desembarcaban de inmensas naves espaciales y arrasaban las ciudades humanas.
El “pequeño” tenía los botones del móvil en la pechera. Así, que cuando le indicaba un número el mismo se marcaba.
También buscaba cualquier dato en Internet, e incluso bajaba la basura.
(Siglo XXVII – Crónicas Angelianas)
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Anvik HerrRed (c) Madrid, 06.10.2009
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