martes, 2 de noviembre de 2010

¿Dónde va la humanidad?

¿Donde va la Humanidad?

Continuamente nos hacemos la pregunta: ¿la humanidad camina por una buena senda? Vemos como ciertos políticos se manifiestan negando la existencia del cambio climático. No sabemos efectivamente si se está produciendo este cambio sobre el Planeta. Lo que sí sabemos es que aquellos sistemas que hemos conocido en el pasado, es decir, en el siglo XX, tienden a desaparecer. Me refiero a los “ismos”. El Comunismo, El Socialismo, El Capitalismo, El Anarquismo, incluso el “Ecologismo”.  Todos ellos van a desaparecer definitivamente. 

Ya se está configurando un nuevo orden mundial. Van a surgir nuevos poderes en el mundo. El orden que hemos conocido hasta ahora sólo va a quedar como un referente del pasado.

La humanidad necesita nuevos valores, nuevas perspectivas de futuro en las que creer.

Vemos como recientemente nuevos países se han apuntado a la carrera espacial. Aparte de Estados Unidos,  Rusia y Japón, se han incorporado China y la India.

Esto significa un nuevo reto. La humanidad en su conjunto es la que desea realizar la conquista del espacio. No será una sola potencia la colonizadora de nuevos planetas y descubrimientos, sino que será un logro en conjunto de varias potencias enriqueciendo el espacio con una versatilidad cultural que representará la cultura multiétnica de nuestro planeta.

Lo que no podemos saber es si se producirán a partir de ahora nuevas guerras, que tardarán mucho en erradicarse completamente del planeta.

Tampoco podemos prever si se producirá algún fenómeno catastrofista de la naturaleza contra la humanidad que produzca su reducción o desaparición completa, al igual que sucedió con los dinosaurios. Estos estuvieron millones de años dominando la Tierra, pero ¿y el hombre? Prácticamente acaba de aparecer. Nos creemos acaso que somos algo, y parece ser que no, que somos menos que hormiguitas.

El día en que desaparezca el sistema capitalista, sobre todo en su forma más depredadora, más inhumana, donde no tiene en cuenta las personas y las ve tan solo como objetos económicos, o kleenex de usar y tirar.

Por otro lado, con el advenimiento de otras potencias emergentes, no será ya el inglés el idioma dominante, sino que surgirá la influencia de otros, por ejemplo, el chino, el indio, el español….

Hoy, ante la crisis de los banqueros, escuchamos la frase: “refundición del capitalismo”. Esto es sólo un deseo de los nostálgicos de tiempos pasados. Refundir algo que ha dejado de ser, que está moribundo y tiende a desaparecer, es una tarea imposible. Lo que hay que hacer es “crear algo nuevo”, algo que de esperanzas al hombre del siglo XXI, el surgimiento de un sistema de administración global, que de soluciones a todo el lastre de problemas heredados de un sistema podrido anterior. Solucionar el hambre del tercer mundo, las enfermedades, frenar el deterioro ecológico, crear nuevas empresas con tecnologías limpias, inyectar valores humanos como solidaridad y fraternidad reales.

La humanidad necesita refundir todo, para que desaparezcan las guerras y los enfrentamientos sin sentido. Es necesario cada vez más, la unificación para poder lograr los objetivos necesarios para que la humanidad no desaparezca.

Deberá elevarse la calidad de vida, el trabajo racional, huir del concepto de esclavismo y explotación. Dar al hombre lo que realmente es suyo, lo natural.

La mentalidad de los hombres deberá mejorar. Al refundir los sistemas malévolos, tenderá a desaparecer el delito y el crimen en las comunidades humanas. No obstante, tendrá que existir siempre una policía mundial. El hombre no puede prescindir de su gen depredador.

Únicamente, si todos los países se sientan en una mesa común y se ponen a trabajar en aplicar estos retos se podrá tener un halo de esperanza para la especie.

Las grandes superpoblaciones humanas solo vienen a agravar el problema del deterioro global. La raza humana ya no tiene posibilidades de supervivencia en este planeta y necesita una expansión que solo puede producirse si en un futuro logra adaptarse a vivir en nuevos habitas desconocidos hasta ahora. Por ejemplo el espacio y el mar.

La creación de ciudades submarinas, de ciudades espaciales, hoy día parece cosa de ciencia ficción, pero serán absolutamente necesarias en un futuro no tan lejano.
La aparición de nuevos nutrientes que vengan del mar, por ejemplo, algas o del espacio (investigación en nuevos planetas), supondrán quizás la desaparición absoluta del hambre en la Tierra y con ello enfermedades y guerras.

Deben  desaparecer el petróleo y lo nuclear. Los coches deberán ser únicamente eléctricos. Utilizaremos más la bicicleta y el caminar. Deberemos vivir utilizando energías limpias, eólicas y solares.

Tenderán a desaparecer el hambre, el paro y se elevará el nivel de vida.

Debemos cuidar metódicamente el medio ambiente. Respetar los habitas naturales. Abandonar la especulación constructiva.

Actualmente se están produciendo grandes males por parte de ciertos países. Estado Unidos es el primer contaminante del planeta con grandes industrias mastodonticas que ya no tienen sentido de ser. El consumismo feroz está en contradicción con este nuevo orden mundial que se avecina. Se impone el constante reciclaje. Brasil está destruyendo cada día cientos de miles de hectáreas de selva. Un mal que va destruyendo riqueza medioambiental que nos pertenece a todos pues es parte de este planeta y proporciona equilibrio planetario, oxígeno y es un tesoro irreemplazable. Una causa horrible de esto es que miles de pueblos indígenas han sido y son masacrados. En la India se produce un fenómeno similar, robando a la selva su mayor tesoro y haciendo que animales únicos tienden a desaparecer como el tigre de bengala, entre otros muchos.

Por otra parte es preciso analizar constantemente los sistemas malévolos que producen esclavismo  nuestras ciudades avanzadas. Se ha perdido la ilusión y el deseo de producir por el bien de la sociedad, cuando nadie cree ya que esto sea para ese objetivo, y siendo conscientes de que solo algunos se van a aprovechar del trabajo de muchos.

Deberán desaparecer también la extorsión, el miedo y el terror. Consecuencia de sistemas que no han caminado por el  buen sendero.

La ambición desmedida de algunos, deberá también ser controlada y regulada por la Administración Global Planetaria para que no se produzcan los desmanes que han producido durante tantos siglos grandes desgracias en las poblaciones humanas, impidiendo su evolución natural.

El liberalismo feroz y las sectas religiosas opresivas desaparecerán tal como lo entendemos hoy día.

El hombre elegirá por sí mismo la libertad de pensamiento pero sin imponérsela a otros. Se impondrá la solidaridad planetaria pero desde una conciencia individual.

Las administraciones deberán poner en funcionamiento real sistemas que mejoren las relaciones humanas. Deberán utilizar las tecnologías emergentes para mejorar la calidad de los ciudadanos. Por ejemplo, el teletrabajo, poniendo en contacto la casa con el puesto de trabajo, evitando así desplazamientos innecesarios, atascos en la ciudad, y ahorro de combustibles. Energías que bajo la crisis es preciso no malgastar.

Observamos como cada individuo coge su coche para ir al trabajo y esto es un derroche social, pues aparte de colapsar el tráfico supone un gasto económico que podría atenuarse si se compartiera con otros vecinos.

Por otro lado ya se están reciclando ropa, muebles, etc., que se han desechado y que pueden ser reutilizables para cubrir necesidades de otros conciudadanos. Este reciclaje ya se está implantando en muchos países del mundo.


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