lunes, 25 de octubre de 2010

Los ladrillos de la vida.

Va escribiendo libros que irán formando ladrillos de lo que será su vida….

Cada “ladrillo”, es una parte de lo que ha sido su existencia. Forma parte de su pasado. Gota a gota, ladrillo a ladrillo. Vamos formando lo que será nuestra historia, la historia de cada uno de nosotros, de cada ser humano que puebla la tierra. Formamos la historia, nuestros pedazos van formando un ladrillo, que una vez, la raza humana haya desaparecido es muy probable que deja una huellas impregnada sobre la esencia de este planeta.

Habría que plantearse también, que tipo de esencia, que tipo de huella, dejaron los seres que nos predecieron.

Sabemos que existieron diversas especies que se extinguieron. ¿Cual fue su impronta, la huella que dejaron?

Ellos también debieron dejar algún tipo de impregnación después de tantos milenios viviendo sobre la faz de la tierra.

Dónde está esta impregnación. Como conseguirla.

Podemos hoy día intuir sobremanera, gracias a la ciencia, como se movían, de que se alimentaban, como se reproducían, que forma tenían. La ciencia nos da algunas respuestas, pero no nos engañemos, no nos da todas, ni siquiera es posible que se acerque a un 10% de exactitud con lo que sucedió en realidad hace tantos y tantos miles de años. Si la ciencia no es capaz muchas veces de darnos una respuesta a lo sucedido hace apenas 200 años atrás, como es posible que pueda ser capaz de dar respuesta verdadera a lo sucedido hace milenios.

La respuesta es un simple barniz muy superficial, intuitivo, y poco aproximativo a la realidad, pero eso es cuanto tenemos.

El tiempo es implacable. Para los seres humanos, el tiempo lo va mutando todo en este universo. Las cosas que tenían un valor ayer, ahora ya no tienen ninguno. El ser humano ve demasiado lejos aquellos acontecimientos acontecidos apenas unos pocos de años en su historia.

A la especie humana no le interesa más que el presente y el futuro en todo caso. El pasado apenas le interesa en demasía. Porque a lo hecho, pecho. Sin embargo, el hecho presente si es importante, porque puede marcar el camino hacia un futuro inmediato, que es lo que realmente interesa o preocupa al hombre de hoy día.

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Ánvik HerrRed © 14 de febrero de 2010

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