lunes, 25 de octubre de 2010

Calor de verano

Calor sofocante,
atenaza los cuerpos de los hombres,
corre la cerveza a raudales,
refrescando las agotadas almas,
machacadas por el paso del tiempo.

Se eleva un poco el ánimo y la semblanza.

El gran hacha se mantiene baja,
mientras las voces cantan.

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Anvik HerrRed © Madrid, 10.08.10

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